¿QUÉ ES RESILIENCIA Y CÓMO APLICARLA EN LA VIDA COTIDIANA?
La resiliencia puede ser definida como una virtud que consiste en superar y poder adaptarse a momentos adversos, con la confianza de que se saldrá adelante a pesar de todo.
Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta dificultades o angustias, ya que todas las personas pasan por momentos difíciles, tales como el término de una relación amorosa, la muerte de un familiar o, en el ámbito académico, sacarse una mala nota, reprobar un ramo o no entrar inmediatamente a la universidad por no alcanzar el puntaje necesario.
Lo anterior puede generar pérdida de confianza o creencias negativas sobre nosotros mismos. Sin embargo, las personas resilientes se caracterizan por tener algunos rasgos en común, como la gran sensación de autocontrol en las distintas situaciones que enfrentan y, especialmente, ante las dificultades; el mayor sentido de compromiso, y también la forma en que
toman las dificultades como un reto en lugar de una amenaza.
La resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene.
Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.
Muchos estudios demuestran que uno de los factores más importantes en la resiliencia es
tener relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de la familia. Otros factores asociados a la resiliencia son:
- La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo.
- Una visión positiva de sí mismos y confianza en sus fortalezas y habilidades.
- Destrezas en la comunicación y en la solución de problemas.
- La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes.
Junto con lo anterior, las personas resilientes destacan por su sentido de coherencia, en el que prima la comprensión global de sí mismos en las distintas situaciones, la capacidad de gestionar solo aquellas cosas sobre las que tienen control y la habilidad para dar un significado a su experiencia. Esto les permite vivir la vida y sus diversas situaciones como una forma de aprendizaje. Además, las personas resilientes son más flexibles y abiertas a los cambios en la vida porque toleran mejor la incertidumbre y tienden a interpretar las situaciones desagradables, estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia, sin resistirse tanto a ellas.